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FUNDAMENTO TEÓRICO DEL PROGRAMA LIDERAZGO PARA UNA EDUCACIÓN INTEGRAL / SEGUNDA PARTE
a 4,4, dos décimas superior en Portugal respecto a España), en línea también con la percepción de los directivos.
A pesar de que este indicador ha sido uno de los que menos evolución ha
tenido desde el punto de vista cuantitativo, en los análisis cualitativos se
han documentado algunas experiencias o casos concretos de mejora. Por
ejemplo, los directores consideran que un enfoque de enseñanza y aprendizaje competencial resulta particularmente apropiado en este tipo de
centros y señalan que se han llevado a cabo intentos de hacer una programación más aproximada a la enseñanza-aprendizaje por competencias.
Cuando reformulamos los criterios de evaluación precisamente
destacando las competencias, nos dimos cuenta de que los alumnos
corresponden aún más (P5POR).
Sin embargo, se han encontrado algunas diocultades a la hora de llevarlo
a la práctica (pandemia, falta de formación, resistencias):
Hemos avanzado [en competencias], porque no lo hemos
abandonado, y lo que hemos avanzado sobre todo es en la renovación
tecnológica; de hecho, se ha generado un proyecto de transformación
digital del centro (DIR04ESP).
Todavía tenemos que mejorar las prácticas de evaluación formativa,
porque implican un cambio de mentalidad y requieren formación.
Ese será un próximo reto (DIR02POR).
La idea de pensar en que el éxito escolar es posible para todos y la importancia de elevar las expectativas del alumnado es uno de los elementos
esenciales para los directores durante el primer año de implementación.
Es salir de ese pensamiento negativo o ese pensamiento de miseria,
de decir: