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JAVIER M. VALLE / EL LIDERAZGO, CLAVE PARA PROMOVER EL CAMBIO CURRICULAR COMPETENCIAL
cultura institucional, una colegialidad y una inclusión que resultan cruciales para fomentar la igualdad y la equidad. Su manera de hacer y las
formas que imprimen en los procesos del centro impactan sobre muchos
factores de igualdad y equidad, sobre todo en la manera en que el estudiantado recibe la educación y en crear un entorno equitativo. En deonitiva, concluye el documento, la dirección de las escuelas puede mejorar
muchísimo los resultados de aprendizaje del alumnado en situación de
vulnerabilidad, especialmente en las escuelas menos favorecidas, foco
central del programa LEI.
El informe, no obstante, señala algunos problemas a la hora de hacerlo
efectivo. La formación deociente, la gran carga de tareas administrativas,
o la carencia de incentivos son algunos de ellos.
En relación también con la igualdad, señala el informe que la demografía del liderazgo no es muestra, precisamente, de altas cotas de igualdad
en lo que se reoere al género. Desde una perspectiva de datos globales, la
proporción de hombres en puestos de liderazgo escolar es superior a su
presencia en el profesorado en general. Además, las mujeres que ejercen
liderazgo escolar, lo suelen hacer en centros de educación primaria y en
escuelas pequeñas y no en grandes instituciones de enseñanza secundaria
y terciaria. Como factor de desigualdad relacionado se indica que, dado
que las mujeres líderes y las directoras pueden animar, como modelo, a
las niñas a seguir en la escuela y a alcanzar puestos de liderazgo en ella, en
la medida que hay una carencia de liderazgo femenino pueden producirse efectos negativos sobre la equidad en el desarrollo futuro de las niñas.
Termina el documento aportando una serie de propuestas de planeamiento que pudieran ser asumidas por los distintos sistemas educativos
para mejorar el liderazgo escolar:
a. Elaborar criterios nacionales para el liderazgo escolar. Desde las
políticas educativas debieran establecerse criterios claros sobre lo
que se espera del liderazgo escolar. Parece probado que los sistemas educativos de mejor rendimiento son aquellos que integran
dentro de su política educativa global y de los objetivos para mejorar las escuelas y los resultados del aprendizaje unos criterios
claros de lo que esperan del liderazgo escolar y de la contratación
de los directores. La puesta en marcha de procesos de contratación
transparentes, que busquen candidatos con competencias directivas demostradas pueden garantizar la idoneidad de las personas
elegidas para liderar las escuelas con eocacia. Ello visibiliza el liderazgo escolar como una parte importante del sistema educativo, y no solo como una tarea rutinaria de gestión poco atractiva,
exigente, y sin incentivos.
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