Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 47
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26 Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con
ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de
pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio
de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes». 27 Entonces
le dijo a Tomás:
—Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano
en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree!
28 —¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás.
29 Entonces Jesús le dijo:
—Tú crees porque me has visto; benditos son los
que creen sin verme.
Propósito del libro
30 Los
discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras
señales milagrosas además de las registradas en este
libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes
continúen creyendo* que Jesús es el Mesías, el Hijo
de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el
poder de su nombre.
Epílogo: Jesús se aparece a siete discípulos
Más tarde, Jesús se apareció nuevamente a los
discípulos junto al mar de Galilea.* Este es el
relato de lo que sucedió. 2 Varios de sus discípulos
se encontraban allí: Simón Pedro, Tomás (al que apodaban el Gemelo)*, Natanael de Caná de Galilea, los
hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
3 Simón Pedro dijo:
—Me voy a pescar.
—Nosotros también vamos —dijeron los demás.
Así que salieron en la barca, pero no pescaron nada
en toda la noche.
4Al amanecer, Jesús apareció en la playa, pero los
discípulos no podían ver quién era. 5 Les preguntó:
—Amigos,* ¿pescaron algo?
—No —contestaron ellos.
6 Entonces él dijo:
—¡Echen la red a la derecha de la barca y tendrán
pesca!
Ellos lo hicieron y no podían sacar la red por la gran
cantidad de peces que contenía.
21
J U A N 2 1 : 19
7 Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le
dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro
oyó que era el Señor, se puso la túnica (porque se la
había quitado para trabajar), se tiró al agua y se dirigió
hacia la orilla. 8 Los otros se quedaron en la barca y
arrastraron la pesada red llena de pescados hasta la
orilla, porque estaban solo a unos noventa metros* de
la playa. 9 Cuando llegaron, encontraron el desayuno
preparado para ellos: pescado a la brasa y pan.
10 «Traigan algunos de los pescados que acaban de
sacar», dijo Jesús. 11Así que Simón Pedro subió a la
barca y arrastró la red hasta la orilla. Había 153 pescados grandes, y aun así la red no se había roto.
12 «¡Ahora acérquense y desayunen!», dijo Jesús.
Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle:
«¿Quién eres?». Todos sabían que era el Señor. 13 Entonces Jesús les sirvió el pan y el pescado. 14 Esa fue la
tercera vez que se apareció a sus discípulos después
de haber resucitado de los muertos.
15 Después del desayuno, Jesús le preguntó a
Simón Pedro:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?*
—Sí, Señor —contestó Pedro—, tú sabes que te
quiero.
—Entonces, alimenta a mis corderos —le dijo Jesús.
16 Jesús repitió la pregunta:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
—Sí, Señor —dijo Pedro—, tú sabes que te quiero.
—Entonces, cuida de mis ovejas —dijo Jesús.
17 Le preguntó por tercera vez:
—Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
A Pedro le dolió que Jesús le dijera la tercera vez:
«¿Me quieres?». Le contestó:
—Señor, tú sabes todo. Tú sabes que yo te quiero.
Jesús dijo:
—Entonces, alimenta a mis ovejas.
18 »Te digo la verdad, cuando eras joven, podías
hacer lo que querías; te vestías tú mismo e ibas
adonde querías ir. Sin embargo, cuando seas viejo,
extenderás los brazos, y otros te vestirán y te llevarán*
adonde no quieras ir.
19 Jesús dijo eso para darle a conocer el tipo de
20:31 Algunos manuscritos dicen que ustedes crean. 21:1 En griego mar de Tiberias, otro nombre para el mar de Galilea. 21:2 En griego Tomás, a quien llamaban Dídimo.
21:5 En griego Hijos. 21:8 En griego 200 codos [100 yardas]. 21:15 O ¿me amas más que ellos? o ¿me amas más que a estas [cosas]? 21:18 Algunos manuscritos dicen
y algún otro te vestirá y te llevará.
UNA ABUNDANCIA DE PECES Jn 21:1-11 No puedo
imaginar pescar 153 peces grandes. Es probable que
hubiera varios cientos de kilos en esa red. Los discípulos
ni siquiera podían meter la red a la barca. Mientras que
trataban de subirla, Juan reconoció a Jesús y le dijo a
Pedro: «¡Es el Señor!» (Jn 21:7). ¿Qué le hizo reconocer
a Jesús? Tal vez fue el recuerdo de un momento muy
similar, tres años atrás, cuando habían pescado toda la
noche a lo largo de la misma playa y no habían pescado
nada, por lo menos hasta que cierto Hombre les dijo que
volvieran a lanzar sus redes (véase Lc 5:1-11).
P E R S P E C T I VA S
SEÑALES Jn 20:30-31 Encuentro interesante el término señales cuando se usa con referencia a los milagros.
Las señales indican el camino. Te instan a que vayas del
lugar donde estás al lugar adonde necesitas estar. «Los
discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales
milagrosas además de las registradas en este libro —dice
Juan—. Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios,
y para que, al creer en él, tengan vida por el poder de
su nombre». El propósito principal de cualquier milagro
es ser una señal que indica el camino hacia Jesús y Su
mensaje.