Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 26
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JUAN 9:25
—Es Dios quien debería recibir la gloria por lo que
ha pasado,* porque sabemos que ese hombre, Jesús,
es un pecador.
25 —Yo no sé si es un pecador —respondió el
hombre—, pero lo que sé es que yo antes era ciego,
¡y ahora puedo ver!
26 —¿Pero qué fue lo que hizo? —le preguntaron—.
¿Cómo te sanó?
27 —¡Miren! —exclamó el hombre—. Ya les dije una
vez. ¿Acaso no me escucharon? ¿Para qué quieren
oírlo de nuevo? ¿Ustedes también quieren ser sus
discípulos?
28 Entonces ellos lo insultaron y dijeron:
—Tú eres su discípulo, ¡pero nosotros somos discípulos de Moisés! 29 Sabemos que Dios le habló a
Moisés, pero no sabemos ni siquiera de dónde proviene este hombre.
30 —¡Qué cosa tan extraña! —respondió el
hombre—. A mí me sanó los ojos, ¿y ustedes ni siquiera saben de dónde proviene? 31 Sabemos que
Dios no escucha a los pecadores pero está dispuesto
a escuchar a los que lo adoran y hacen su voluntad.
32 Desde el principio del mundo, nadie ha podido
abrir los ojos de un ciego de nacimiento. 33 Si este
hombre no viniera de parte de Dios, no habría podido hacerlo.
34 —¡Tú naciste pecador hasta la médula! —le respondieron—. ¿Acaso tratas de enseñarnos a nosotros?
Y lo echaron de la sinagoga.
Ceguera espiritual
35 Cuando Jesús supo lo que había pasado, encontró
al hombre y le preguntó:
—¿Crees en el Hijo del Hombre*?
36 —¿Quién es, señor? —contestó el hombre—.
Quiero creer en él.
37 —Ya lo has visto —le dijo Jesús—, ¡y está hablando
contigo!
38 —¡Sí, Señor, creo! —dijo el hombre. Y adoró a Jesús.
39 Entonces Jesús le dijo:*
—Yo entré en este mundo para hacer juicio, para
dar vista a los ciegos y para demostrarles a los que
creen que ven,* que, en realidad, son ciegos.
40Algunos fariseos que estaban cerca lo oyeron y
le preguntaron:
—¿Estás diciendo que nosotros somos ciegos?
41 —Si fueran ciegos, no serían culpables —contestó Jesús—, pero siguen siendo culpables porque
afirman que pueden ver.
El buen pastor y sus ovejas
»Les digo la verdad, el que trepa por la pared
de un redil a escondidas en lugar de entrar por
la puerta ¡con toda seguridad es un ladrón y un bandido! 2 Pero el que entra por la puerta es el pastor de
las ovejas. 3 El portero le abre la puerta, y las ovejas
reconocen la voz del pastor y se le acercan. Él llama
a cada una de sus ovejas por su nombre y las lleva
fuera del redil. 4 Una vez reunido su propio rebaño,
camina delante de las ovejas, y ellas lo siguen porque
conocen su voz. 5 Nunca seguirán a un desconocido;
al contrario, huirán de él porque no conocen su voz.
6 Los que oyeron a Jesús usar este ejemplo no entendieron lo que quiso decir, 7 entonces les dio la explicación: «Les digo la verdad, yo soy la puerta de las
ovejas. 8 Todos los que vinieron antes que yo* eran
ladrones y bandidos, pero las verdaderas ovejas no los
escucharon. 9 Yo soy la puerta; los que entren a través
de mí serán salvos.* Entrarán y saldrán libremente y
encontrarán buenos pastos. 10 El propósito del ladrón
es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una
vida plena y abundante.
11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su
vida en sacrificio por las ovejas. 12 El que trabaja a
sueldo sale corriendo cuando ve que se acerca un
lobo; abandona las ovejas, porque no son suyas y él
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P E R S P E C T I VA S
9:24 O Dale la gloria a Dios, no a Jesús; en griego dice Dale la gloria a Dios. 9:35 Algunos manuscritos dicen el Hijo de Dios? «Hijo del Hombre» es un título que Jesús empleaba
para referirse a sí mismo. 9:38-39a Algunos manuscritos no incluyen las palabras —¡Sí, Señor, creo! —dijo el hombre. Y adoró a Jesús. Entonces Jesús le dijo. 9:39b En griego
los que ven. 10:8 Algunos manuscritos no incluyen antes que yo. 10:9 O encontrarán seguridad.
CEGUERA ESPIRITUAL Jn 9:39-41 Lo que más temen
UNA VIDA RICA Y SATISFACTORIA Jn 10:10
los fariseos es ser expuestos. Estando ciegos, afirman tener
claridad sobre todas las cosas, pero en realidad no entienden aquello de lo que hablan. Sin embargo, el que era ciego
y que ahora puede ver no tiene nada que esconder. Jesús
les responde a los fariseos con una observación devastadora: «Si fueran ciegos, no serían culpables, [...] pero siguen
siendo culpables porque afirman que pueden ver» (Jn 9:41).
El hombre que antes era ciego ahora ve. Los que nunca han
dejado de ver con sus ojos todavía están ciegos. Lo mismo
es cierto para algunas personas hoy.
El Buen Pastor dice: «Mi propósito es darles una vida
plena y abundante». Jesús vino a dar vida. Él quiere que la
disfrutes. No te manipula con la culpa. No sostiene sobre
ti una espada de advertencia o legalismo que dice que
siempre debes hacer esto, aquello o lo otro. En cambio,
Él abre la Palabra, que es el pastizal del rebaño de Dios,
y dice: «Aliméntense aquí. Aprendan. Crezcan. Coman.
Beban. Disfruten Mi verdad». Hacer eso es el secreto para
una vida rica y satisfactoria.
ELEGIR TU PUERTA Jn 10:9 Usa el discernimiento al
elegir tu puerta. ¿Sabes por qué? Porque todas las demás
puertas te llevarán a un desierto. No serás salvo; estarás
perdido. No encontrarás pastos, sino aridez. Estarás atrapado. Solo Jesús es la puerta a la vida.
EL BUEN PASTOR Jn 10:11 Jesús dice: «Yo soy el buen
pastor», a diferencia de uno infiel. Él es el Pastor que consuela, cuida, tiene amor por Sus ovejas y las conoce. Es
por eso que Él es el Buen Pastor. Y no solo eso, sino que Él
también sacrifica voluntariamente Su vida por las ovejas.