Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 19
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para mí, 42 porque sé que no tienen el amor de Dios
adentro. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes me han rechazado. Sin embargo, si otros vienen
en su propio nombre, ustedes los reciben con gusto.
44 ¡Con razón les cuesta creer! Pues a ustedes les encanta honrarse unos a otros, pero no les importa la
honra que proviene del único que es Dios.*
45 »Sin embargo, no soy yo quien los acusará ante
el Padre. ¡Moisés los acusará! Sí, Moisés, en quien
ustedes han puesto su esperanza. 46 Si en verdad le
creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí; 47 pero como no creen en lo que él
escribió, ¿cómo creerán lo que yo digo?».
Jesús alimenta a cinco mil
Después Jesús cruzó al otro lado del mar de Galilea, conocido también como el mar de Tiberias.
2 Una gran multitud siempre lo seguía a todas partes
porque veía las señales milagrosas que hacía cuando
sanaba a los enfermos. 3 Entonces Jesús subió a una
colina y se sentó allí rodeado de sus discípulos. 4 (Ya
era casi el tiempo de la celebración de la Pascua judía).
5 Enseguida Jesús vio que una gran multitud venía a su
encuentro. Dirigiéndose a Felipe, le preguntó:
—¿Dónde podemos comprar pan para alimentar a
toda esta gente?
6 Lo estaba poniendo a prueba, porque Jesús ya
sabía lo que iba a hacer.
7 Felipe contestó:
—¡Aunque trabajáramos meses enteros, no tendríamos el dinero suficiente* para alimentar a toda
esta gente!
8 Entonces habló Andrés, el hermano de Simón
Pedro: 9 «Aquí hay un muchachito que tiene cinco
panes de cebada y dos pescados. ¿Pero de qué sirven
ante esta enorme multitud?».
10 Jesús dijo: «Díganles a todos que se sienten». Así
que todos se sentaron sobre la hierba, en las laderas.
(Solo contando a los hombres sumaban alrededor de
cinco mil). 11 Luego Jesús tomó los panes, dio gracias
a Dios y los distribuyó entre la gente. Después hizo lo
mismo con los pescados. Y todos comieron cuanto
quisieron. 12 Una vez que quedaron satisfechos, Jesús
les dijo a sus discípulos: «Ahora junten lo que sobró,
6
JUAN 6:21
MOMENTO DE ORACIÓN
JN 6:1-15
Padre, ayúdanos a confiar en Ti, el Dios
de las imposibilidades. No importa
cuán grande sea la presión. Lo que en
realidad importa es dónde esta reside,
ya sea que se interponga entre nosotros
y Tú, o si nos empuja más cerca de Tu
corazón. Anhelamos entregarte la carga,
la situación imposible, el río que no se
puede atravesar, la montaña sin túnel.
Te lo entregamos todo a Ti con confianza absoluta. Oramos en el nombre
de Jesús, quien puede hacer lo imposible.
Amén.
para que no se desperdicie nada». 13 Entonces ellos
juntaron las sobras y llenaron doce canastos con
los restos que la multitud había dejado después de
comer de los cinco panes de cebada.
14 La gente, al ver la señal milagrosa que Jesús*
había hecho, exclamó: «¡No hay duda de que es el
Profeta que esperábamos!»*. 15 Cuando Jesús vio que
estaban dispuestos a hacerlo rey a la fuerza, se escabulló hacia las colinas él solo.
Jesús camina sobre el agua
16Al
atardecer, los discípulos de Jesús bajaron a la
orilla del lago para esperarlo; 17 pero al ver que caía
la noche y que Jesús aún no había vuelto, subieron
a la barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a Capernaúm. 18 Poco después, se levantó un viento fuerte
sobre ellos y el mar se agitó mucho. 19 Habían remado
unos cinco o seis kilómetros* cuando de pronto vieron a Jesús caminando sobre el agua en dirección a la
barca. Estaban aterrados, 20 pero él exclamó: «No tengan miedo, ¡yo estoy aquí!*». 21 Entonces lo recibieron
5:44 Algunos manuscritos dicen del Único. 6:7 En griego Doscientos denarios no serían suficientes. Un denario equivalía a la paga de un obrero por una jornada completa
de trabajo. 6:14a Algunos manuscritos no incluyen Jesús. 6:14b Ver Dt 18:15, 18; Ml 4:5-6. 6:19 En griego 25 o 30 estadios [3 o 4 millas]. 6:20 O ¡El “Yo Soy” está aquí!;
en griego dice Yo soy. Ver Ex 3:14.
enfrentado una situación imposible que te acosaba con
la ferocidad de un león? ¿Recuerdas cómo, sin importar
qué dirección tomabas, este problema te perseguía y
amenazaba con destruir tu fe?
He aprendido que las imposibilidades pueden empujarnos hacia Dios o pueden devorarnos, dejando nuestros
restos para que los carroñeros de la depresión, la soledad
y la inferioridad los destrocen.
Sin embargo, ningún problema puede llegar a matar,
a menos que nosotros se lo permitamos. Nuestra esperanza
muere porque nos enfocamos en la imposibilidad en sí,
y permitimos que hunda sus dientes en la vena yugular
de nuestra fe. También he aprendido que mientras más
obsesionados nos volvemos con una imposibilidad, más
nos exprime la vida.
Existe una alternativa: acércate a Dios. Él es el Dios de
lo imposible. Si tienes alguna duda, solo mira lo que Él
hizo con los cinco panes y los dos peces para alimentar
a más de cinco mil personas hambrientas.
P E R S P E C T I VA S
IMPOSIBILIDADES Jn 6:1-15 ¿Alguna vez has