Biblia de estudio Swindoll | Evangelio de Juan - Flipbook - Página 11
JUAN 3:4
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La sencilla historia
JUAN 3:1-16
E ST E D IÁ LOGO entre Jesús y un fariseo llamado Nicodemo es muy revelador. El fariseo
estaba preocupado por el mensaje que traía este maestro radical, Jesús. El Señor dejó
fuera todos los preámbulos innecesarios y fue directo al grano. Le dijo a Nicodemo: «Te
digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios». Nicodemo
exclamó con preocupación y confusión: «¿Qué quieres decir?» (Jn 3:3-4). Él se preguntaba cómo sería posible que él naciera de nuevo literalmente. Jesús le respondió que
Su declaración era espiritual, no física. Además, no era algo que uno pudiera analizar
para entender. Nacer de nuevo es un misterio, el resultado del trabajo de Dios en la vida
interna de una persona.
Para explicar lo que quería decir, Jesús recurrió al conocimiento que tenía Nicodemo de
la Ley y la historia de Israel. Nadie habría estudiado la ley de Moisés más que un fariseo.
Nicodemo la conocía íntimamente, por lo que inmediatamente se identificó con lo que
Jesús dijo. Jesús se refirió a la historia en Números 21:4-9, donde
las quejas constantes de los israelitas en el desierto habían llevado
Jesús estaba
a Dios hasta el límite de Su paciencia. El Señor determinó que era
diciendo que
hora de disciplinarlos, por lo que les envió serpientes venenosas.
Las serpientes los mordieron, el veneno mató a muchos y el pueblo
cuando Él fuera
finalmente lo comprendió. «¡Hemos pecado!», gritaron. Por lo que
levantado,
Moisés oró y Dios dijo: «Haz la figura de una serpiente venenosa y
átala a un poste. Todos los que sean mordidos vivirán tan solo con
todos los que
mirar la serpiente». Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso
creyeran en
en un poste. Cualquiera que fuera mordido por una serpiente podía
mirarla y ser sanado. Era una mirada de fe a la provisión de Dios.
Él tendrían
Luego Jesús le explicó esta analogía a Nicodemo: «Y, así como
vida eterna.
Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto,
así deberá ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que
crea en él tenga vida eterna» (Jn 3:14-15). ¿Ves la analogía? ¡Es la Cruz, por supuesto! La
serpiente de bronce era un símbolo de la Cruz, donde Jesús iba a ser levantado y donde Él
pagaría para siempre el castigo total por el pecado del mundo. Jesús estaba diciendo que
cuando Él fuera levantado, todos los que creyeran en Él tendrían vida eterna. Esto, también,
era una mirada de fe a la provisión de Dios.
Creo que, a estas alturas, Nicodemo probablemente estaba de pie, con la mirada
fija y los pensamientos agitados. No creo que ya hubiera nacido de nuevo. Sin embargo,
para cuando ocurre Juan 7:50-51, habrá comenzado a salir de las sombras y hará una
declaración en defensa de Jesús ante sus colegas en el sanedrín. Luego, en el tiempo
de la crucifixión, Nicodemo y José de Arimatea, juntos, envolverán el cuerpo de Jesús y
lo prepararán para el entierro (Jn 19:38-42). En alguna parte entre aquí y allá, Nicodemo
llegará a creer en Cristo.
¿Todavía estás tratando de entender lo que significa nacer de nuevo? No te compliques.
No es necesario agregar algo a la historia. Solo se requiere una mirada de fe. ¿Por qué no
miras a Jesús y averiguas si Él es quien dice ser? Si lo haces, no lo lamentarás.